sábado, junio 27, 2015

YEGUAS DEL KILIMANJARO DE ROLANDO MARTINEZ: DEL DORADO MUNDO DEL PORNO A LA POESIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Hay en el Porno, más prejuicios que realidades y más hipocresías que consecuencias. Oculto, negado por la moral pero extenso en las prácticas de la masa, aún no se le reconoce como arte y posiblemente nunca se le dará ese sitial que algunos postulan como necesario.

Se debe reconocer que el sexo está in extenso dentro de la poesía y de la literatura. No es de sorprender cualquier novela, cuento o poema, donde explicita o tácitamente cumpla una función relevante (como la vida misma). Pero Yeguas de Kilimanjaro rebasa ese leitmotiv y se acomoda con certeza y novedad en el Porno, para ser precisos en la época dorada, mediados de los setentas hasta finales de los noventa aproximadamente.

Este hábil y pulcro poeta, afila sus armas líricas ensalzando lo que muchos dudarían como una temática o algo que llegue a “inspirar” un par de versos.

Rolo Martínez es detentador de una voz lírica precisa que utiliza las imágenes necesarias como para imbuirnos en el instante preciso en que el sustrato real, el hombre mismo se enfrenta a la cinta VHS donde las reinas y princesas del porno se pasean en cueros y despliegan todas sus técnicas amatorias.

Que no se piense que es un simple o vulgar “homenaje” a un puñado de actrices porno, sería reducir a esta obra a una mínima e injusta expresión. Martínez se sumerge en esa íntima experiencia de disfrutar a esas mujeres intérpretes de excelsas sesiones de sexo, artificioso, irreal para algunos, pero certero y necesario para muchos, las pulsiones, el movimiento y la carne por la carne en la carne, mientras se es testigo mudo  y sordo, por atestiguar en bajo o nulo volumen. Rito necesario en que se invoca las facetas más voyeristas del alma, un instinto onanista, la escisión perfecta del mundo exterior  con el interior, el mundo queda excluido y sin embargo estos instantes son capaces de desatar universos complejos, cosmos indivisibles de imágenes placenteras.

Martínez excluye la culpa que para muchos es el escudo perfecto para proteger su moral. No se abandona el lirismo, las imágenes son bellas, pero el poeta realiza un ejercicio interesante que define su punto de vista con exactitud:

“ahora que el silencio se repite como una cadena
escribo la vida y el porno son pequeños
/ símbolos de sincronía
instantes de fuego y exilio
que sólo saben devenir
en un poema:”


Las actrices Ginger Lynn, Kay Parker, Traci Lord, Kascha Papillon, Tory Welles, Stacey Donovan, Amber Lynn, Candie Evans, Marilyn Chambers, Linda Lovelace, Shauna Grant, Kandi Barbour, Bambi Woods, Arcadia Lake, Shanna Mccullough, Karen Summer, y otras tienen su lugar en este poemario, que no se queda corto en el esplendor refulgente que entregaba la tecnología catódica y los cabezales de los reproductores VHS.
Cito al poeta:

“yacen aquí los restos de una
/ incandescente señorita
bajo este montón de hierro sucio
/ donde duerme el frío de sus muelas
sus pies azules dos insignias férreas de lo inmaterial
su rostro como un aeródromo
/ en que la galaxia fue un enjambre
/ de cansadas mariposas
bajo estas breves líneas de neón
escaño de una bailarina de striptease
/ que danza en una pira hecha de
/ garzas pálidas y amebas
en este campo de significados transparentes
/ reposa el cuerpo de una yegua
/ que escribía con su lengua ésta
ésta fui yo:”

Pero Martínez nos sitúa en el tiempo y en el espacio, para que esa magia irreal de las películas porno nos envuelva nuevamente y apela a esa memoria que se crió con la satisfacción entregada a través
de la fría pantalla de  la televisión, y los nudos desatados de nuestra imaginación. Bello, inalterable y excelso tributo a los instintos.

Excelente poemario, se recomienda el poema “Traci Lord” cuya estructura en tres partes, es una muestra del buen nivel poético. En cuanto al título, claro, las Yeguas tiene que ver al chilenismo que define a la mujer como una “puta” o también “mujer de bellas proporciones”, lo de Kilimanjaro es difícil de descifrar , más allá del monte de Tanzania o quizás  como una certera sustitución al monte de Venus, Sea como sea, este poemario tiene un nivel excepcional tanto compositivamente como el fondo  que abarca y diferencia el radiante mundo del porno con la cruel realidad.


Editorial La Liga de la Justicia Ediciones. 105 Páginas.

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