sábado, diciembre 17, 2011

CENA 1933



cuando mi padre comía
se le ponían los labios
grasientos
con la comida
y mientras comía
hablaba de lo
buena que era la comida
y de que
la mayoría de la gente
no comía
tan bien
como nosotros.
le gustaba
rebanar
las sobras
del plato
con un trozo de
pan,
mientras hacía
ruidos de aprobación
que más bien parecían
gruñidos
sorbía el
café,
haciendo un ruido
fuerte
de burbujas
y después
dejaba
la taza.
"¿qué hay de postre
gelatina?"
mi madre
la traía
en una fuente grande
y mi padre
la servía
y al caer en el plato
la gelatina producía
un ruido extraño,
casi como
el sonido de un
pedo.
después venía
la crema batida,
a montones
sobre la gelatina.
"¡mmm, gelatina y
crema batida!"
mi padre sorbía de
la cuchara
la gelatina y la crema
batida.
sonaba como si
estuviera entrando en
un túnel
aerodinámico.
después de acabar
aquello
se limpiaba la boca
con una enorme servilleta blanca,
frotando con fuerza
en movimientos
circulares,
la servilleta
casi le ocultaba
toda
la cara
y después de eso
sacaba
los cigarrillos
camel.
encendía uno
con un fósforo de cocina
de madera,
y después dejaba
el fósforo
aún encendido
en un cenicero,
después un sorbo
de café,
volvía a dejar la taza
y daba una buena calada
al camel.
"¡mmm, que buena
estaba la comida!".
poco después
en mi cuarto,
tumbado en la cama
a oscuras,
lo que había
comido
y lo que había
visto
conseguían
ponerme
enfermo.
lo único
bueno
era
escuchar
los grillos
afuera.
afuera
en otro mundo
en el que yo
no vivía.-

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