martes, marzo 22, 2011

ESPAÑA por W.H. AUDEN



Ayer todo el pasado. El lenguaje de las medidas
Extendiéndose hasta la China por las rutas comerciales:
La difusión del ábaco y el cromlech;
Ayer el cálculo de la sombra en los climas soleados.
Ayer la tasación de seguros mediante fichas,
La labor del zahori; ayer la invención
De relojes y ruedas, la doma de caballos
Salvajes. Ayer el mundo agitado de los navegantes.
Ayer la abolición de hadas y gigantes,
La fortaleza avizorando el valle como un águila inmóvil,
La capilla erigida en el bosque;
Ayer el esculpido de ángeles y gárgolas alarmantes.
El juicio de herejes entre las columnas de piedra;
Ayer las disputas teológicas en las tabernas
Y la cura milagrosa en la fuente;
Ayer el aquelarre; pero hoy la lucha.
Ayer la instalación de dínamos y turbinas,
La construcción de ferrocarriles en el desierto colonial;
Ayer la lección magistral
Sobre el origen de la Humanidad. Pero hoy la lucha.
Ayer la creencia en el valor absoluto de Grecia,
La caída del telón tras la muerte de un héroe;
Ayer la veneración del crepúsculo
Y la adoración de los locos. Pero hoy la lucha.
Como susurra el poeta, sobrecogido entre los pinos,
donde la móvil cascada canta uniforme, o erguido
Sobre la grieta junto a la torre inclinada:
"Oh mi visión. O hazme llegar la suerte del marino."
Y el investigador escudriña a través de sus instrumentos
Las inhumanas regiones, el bacilo viril
O el enorme Júpiter gastado:
"mas ¿y las vidas de mis amigos? Yo pregunto. Pregunto."
Y los pobres, en sus habitáculos fríos, deshojando
II diario verspertino "Nos encontramos perdidos, oh
muéstranos
A la Historia capaz de actuar
Y organizarse, al Tiempo como un río de renovación".
Y las naciones combinan cada grito, invocando la vida
Que da forma al vientre individual y ordena
El terror nocturno particular:
"¿Acaso no fundaste la ciudad-estado de la esponja,
"No forjaste los vastos imperios militares del tiburón
Y del tigre, no estableciste el audaz cantón del petirrojo?"
Intervén. Oh desciende como una paloma o
Un papá furioso o un manso ingeniero, pero desciende."
Y la vida, si es que llega a contestar, responde con el corazón
Y los ojos y los pulmones, desde las tiendas y las plazas de la
ciudad:
"Oh no, yo no soy el motor;
Hoy no; ni en tu lugar. Para ti, soy el que siempre
Asiente, el amigo del bar, el pobre ingenuo;
Soy todo aquello que tú hagas. Soy tu propósito de ser
Bueno, tu historia chistosa.
Soy la voz de tus negocios. Soy tu matrimonio.
¿Qué propones? ¿Edificar la ciudad justa? Es mi deseo.
De acuerdo. ¿O es el pacto suicida, la muerte
Romántica? Muy bien, accedo, pues
Soy tu elección, tu decisión. Sí, soy España."
Muchos lo han oído en remotas penínsulas,
En llanuras somnolientas, en las raras islas del pescador
en el corrupto corazón de la ciudad,
Lo han oído y migrado como gaviotas o las simientes de una flor.
Se abrazaron como aves a los largos expresos que tambaleantes
Atraviesan las tierras injustas, cruzando la noche, el túnel
alpino
Pasaron a flote los océanos;
Superaron los puertos. Todos ellos ofrecieron sus vidas.
En ese cuadrado árido, ese fragmento amputado del África
De fuego, tan crudamente soldado a la inventiva Europa:
En esta meseta surcada por ríos,
Nuestros pensamientos sobran cuerpo; las sombras amenazantes de
nuestra fiebre
Tienen vida y precisión. Porque los temores que nos hicieron responder
Al anuncio médico y al folleto de cruceros invasores;
Y nuestros rostros, el uso establecido, el comercio, la ruina
Proyectan su codicia como el pelotón de fusilamiento y la bomba
Madrid es el corazón. Nuestros momentos de ternura florecen
Como la ambulancia y el saco de arena;
Nuestras horas de amistad hacia el ejército popular.
Mañana, quizás, el futuro. Las investigaciones sobre el cansancio
YDe todas las octavas de la radiación:
Mañana la ampliación de la consciencia mediante la respiración
y la dieta.
Mañana el redescubrimiento del amor romántico,
El fotografiar a los cuervos; toda diversión bajo
La sombra poderosa de la Libertad;
Mañana la hora del histrión y la del músico,
El hermoso rugido del coro bajo la bóveda;
Mañana el intercambio de ideas sobre la cría de terriers,
La ansiosa elección de dirigentes
Mediante el súbito bosque de manos. Pero hoy la lucha.
Mañana, para los jóvenes, los poetas explotando cual bombas
Los paseos junto al lago, las semanas en comunión perfecta;
Mañana las carreras de bicicletas
Atravesando los suburbios en tardes estivales. Pero hoy la lucha.
Hoy el incremento deliberado de las posibilidades de morir,
La aceptación consciente de culpa ante el asesinato necesario;
Hoy el desaste de energías
En el torpe panfleto efímero y el mitin aburrido.
Hoy el consuelo provisional: el pitillo compartido,
Los naipes a la luz de las velas, y el concierto birrioso,
Los chistes masculinos: hoy el abrazo
Nervioso y desabrido que precede a la herida.
Los astros están muertos. Los animales no nos contemplarán.
En esta hora nuestra estamos solos, y el tiempo es breve, y
La Historia a lo vencidos
Podrá compadecer, mas no prestar su ayuda o su perdón.
los movimientos de los empaquetadores; la exploración gradual

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