miércoles, enero 19, 2011

LA DOCTRINA DEL SCHOCK por RODRIGO RAMOS BAÑADOS





“La doctrina del shock” de Naomi Klein es un libro necesario para entender cómo nos transformamos en el país que somos. Klein es un periodista canadiense de corte progresista, cuyas investigaciones le han valido diversos premios y el respeto de los intelectuales más influyentes del mundo.
Si se puede resumir, el libro del 2007 sostiene que los gobiernos y las compañías usan desastres naturales, como el tsunami asiático, y otros provocados por el hombre, como la guerra en Irak, los ataques del 11 de septiembre del 2001 y en especial las dictaduras en Latinoamérica, para aprobar políticas amistosas a las empresas y transformar sociedades desde la raíz. Todo esto, se puede denominar como capitalismo desastre.
En este sentido, Naomi Klein le arroga a Milton Friedman, el gurú de la célebre escuela de economía de Chicago –en la guerra fría-, la invención de la doctrina del shock.
El shock tiene dos momentos cruciales: Desastre y reconstrucción. En cuanto al desastre puede ser natural o provocado por el hombre. La reconstrucción es donde entra el engranaje capitalista y el sometimiento de las masas.
El shock, en el fondo, es la técnica de sometimiento de las masas o el “receteo” de la sociedad. Los gobiernos actuales necesitan del shock, de ahí la comunión: capitalismo y militarismo. La evidencia actual la encontramos en Irak. Antes lo fue Rusia y China.
Sin embargo el primer país del mundo donde se aplicó “doctrina del schock”, según documentos desclasificados de la CIA, fue en el Chile post 1973.
En nuestro país se dieron las condiciones para el experimento. Fuimos ratones de laboratorio.
Todo comenzó a principio de los años 60, cuando la CIA alertada por el avance del desarrollismo en el Cono Sur (Argentina, Uruguay y Chile) y su tendencia a la izquierda, decidió interferir. De esta manera se materializó un convenio entre la U. de Chicago y la U.Católica, para que jóvenes chilenos estudiaran economía bajo la doctrina de Friedman, que fundamentalmente propiciaba el libre mercado en su sentido más extremo -al final, el mercado lo regula todo-.
Una vez llegados los primeros profesionales de Chicago, conocidos como los “Chicago Boys”, armaron su “iglesia” en al U. Católica.
Con la llegada de Allende al poder, la intervención estadounidense fue descarada. El momento para los “Chicago Boys”, llegó con Pinochet. La implementación de sus experimentos de libre mercado y su ola de privatizaciones en un principio jaqueó la economía. Aumentó la cesantía. Aumentó el hambre. Sin embargo la represión de la época, con electroshock de por medio, mantuvo aplastada a la gente.
En un momento Pinochet dudó del manejo de los “Chicago Boys”, sin embargo estos le trajeron a su carismático gurú. Pinochet quedó encantado con Friedman, y las privatizaciones continuaron para felicidad de los especuladores –en definitiva, los nuevos ricos del país, Piñera, uno de ellos- y para desgracia de la gente. El estado de bienestar de los años 60 en definitiva pasó a la arqueología.
Lamentablemente parte de la historia de Chile, se encuentra en los archivos de la CIA.
Actualmente en Chile, 7 comunas o un poco más viven como en Noruega u otro país desarrollado, y el resto de Chile transpira. Según Friedman, esto es el "milagro chileno".

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