martes, febrero 23, 2010

POEMAS DE JUAN CARLOS URTAZA



1

Este largo y angosto país
no es más que un ancho y hondo cuadrilátero
donde no existen reglas
v se puede golpear por la espalda
-en secreta impunidad-

Un cuadrilátero mide lo que mide un país
que se puede llamar Chile
o se puede llamar olvido

Que mide lo que mide un Arturo Godoy
que se puede llamar Víctor Nilo
Godfrey Stevens
Martín Vargas

¿Cuántas generaciones serán capaces de sostener sus rostros?
¿Cuántos años en la memoria de un hombre? .
¿Cuántas horas en la mente de un niño?

El mismo boxeador sobre la misma escena
-un hombre que sangra con aplausos de fondo-

un hombre que no pestañea -memorízate eso-
no puede ganar ni perder

Un boxeador hasta el cansancio como una anáfora
Hasta el delirio
Hasta el desquicio.

Después
el gran estadio como un ojo asfixiante
va quedando vacío
las luces se apagan (reflejos y pupilas)
y ese hombre
que no pestañea -¿recuerdas?-
no puede perder ni ganar.

Un boxeador sale del cuadrilátero
como de su vida.



3



Finteo esquivo arremeto pie contra pie
mete cross mete rectos al mentón
Nadie espera por mí en el ring-side
el abuelo muerto grita lo que no debo hacer
NO eres el Bombardero de Detroit
ni Alí
eres perico de los palotes
abúlico
todo malpapeado
con unos ojos así de grandes y un corazón
que no le cabe en el pecho
¡A la nariz! ¡A la nariz! ese no tiene nariz
Baila palote baila en medio del ring y sueña
que estás en el Madison Square Garden
Uppercuts Uppercuts no te canses indio Agáchate
¡¡Agáchate por las rechucha!!


Pie contra pie mete cross mete rectos al mentón
Soy Joe Louis y
ésta es mi noche harapienta
alguien espera por mí en el ring-side finteo
esquivo
arremeto

KNOCK OUT DE JUAN CARLOS URTAZA: EL CONTEO DEL UNO AL DIEZ DE LA EXISTENCIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Pocas veces en la vida nos entregamos al placer sangriento del boxeo, pocas, digo, ya que este “deporte” está en franca extinción. El formar parte de un ávido público que con el corazón embriagado de pasión, el espíritu ansioso de violencia y el grito oportuno, es una de esas experiencias que enajenan, que nos transforma en monstruos que desconocemos. ¿Fácil cerrar los ojos y vernos en el trance? SI, Nada más recordar el Duelo Ali versus Foreman en Kinshasa a más de alguno electriza el cabello y hay en el boxeo, ese del bueno, el de etiqueta negra, el reemplazo a la lucha de Titanes, si, enajenándonos algunos por Ali otros por Foreman. Fácil, casi atávico nos entregamos a ese placer.

¿Qué tal si de público, pasamos a la lona? ¿Qué tal si cobijamos mil sueños, si entrenamos, si al hacernos expectativas nos arrojamos con puños y alma a la lona? Difícil. Casi es cuestión de necesidad para algunos. Nadie pensaría en batirse a puñetazo limpio por mantener un tren de vida, ni podría pensar que versos pueden reflejar al boxeador común, aquel hermanado con la miseria.

¿Qué tal si Dios es el público viéndonos batir nuestros puños?

Urtaza abarca en sus versos de manera magistral esa visión pugilística de la vida, ese dolor de espíritu y cuerpo mal trecho retratado en versos. En el primer asalto nos da certeramente al mentón:

“Este largo y angosto país
no es más que un ancho y hondo cuadrilátero
donde no existen reglas
y se puede golpear por la espalda
-en secreta impunidad-

Un cuadrilátero mide lo que mide un país
Que se puede llamar Chile
O se puede llamar olvido”

Luego todo es un conteo hasta el diez, segundos para el público, a veces eternidad para aquel contendor en el suelo.

Nos encontramos con una poesía sólida, firme, de peso pesado, que nos reta a encontrar algún punto débil. En eso fracasaremos, verso tras verso hay un oficio vigoroso, como un uppercut demoledor, previo a un castigo de derechazos e izquierdazos:

“¿Existe Dios después del diez?
Después del DIEZ la lona se une al cielo
como dos labios sepultándome”

¿Acaso aquellos que decidieron “brutear” no se han enfrentado a puñetazos con la vida?

Puede parecer romántico recordar ese match de boxeo a estadio lleno, los contendores de clubes amateur, profesionales y del regimiento, los gritos que iban y venían. Se olvidan todos, en ese momento, quienes son , la miseria a cuestas y poco importa, salvo para abucheos y maldiciones, el contendor caído, aguardando el conteo , quieto a veces moribundo, metafóricamente más de alguna vez fuimos aquel.

A veces la vida es un ring que transcurre reto a reto. A veces escuchamos vencidos en nuestro silencio, esperando el desenlace.

Knock Out, es ese libro que postula a ser piedra angular de los parangones expuestos, Juan Carlos Urtaza en cuya trayectoria hay Premio Municipal de Poesía. Beca Fundación Neruda, Premio Roberto Bolaño y Beca de Creación Literaria Fondart, es el poeta, es el púgil que nos hace sentir en algunos pasajes, ese enrarecido sabor a la derrota, ese demoledor golpe una vez que el destino ha decidido derribarnos. Y escuchamos contar hasta diez.

sábado, febrero 20, 2010

Papel de diario para los asados por Rodrigo Ramos Bañados


También hubo en cambio en la prensa nacional desde el triunfo de Sebastián Piñera, lo digo como lector. Como la mayoría, soy lector por internet de la prensa, pues de lo contrario gastaría mucho dinero comprando papel para encender asados o envolver la excreta de mi perro pequeño. Me carga andar con un Mercurio de Santiago bajo el sobaco los domingos después de comer una empanada en el Salitre, por ejemplo, aunque lo he hecho, simplemente por la calidad del Artes y Letras.
Interesante y cómico me resultaba también leer la página editorial del Mercurio de Santiago, Cuerpo A, y especial los comentarios de política que aparecen, todos con marcada cizaña hacia la labor de la Concertación. Partían de una hilacha para desmadejarlo todo. Todo estaba mal. Todo corrupción. Ni hablar de Evo, Chávez y Fidel. Para que le digo las cartas al director, la mayoría pro píldora del día después, en general todas bajo la impronta del debate ético, algo que le encanta a la derecha más extrema o la de misa de martes, jueves y domingo. Leer aquellas páginas del Mercurio de Santiago me parecía como escuchar los ya entretenidos e inofensivos comentarios y gesticulación -de mono a pila tocando batería- del cura Hasbún en Mega. Sentí mucho cuando se fue Hermógenes Pérez de Arce del Mercurio de Santiago. Tipo consecuente con su pinochetismo y de fina inteligencia. Sin embargo hoy manda cartas a aquel medio y de inmediato las ponen en los blog para los comentarios de su público.

Carlos Peña (abogado y académico), columnista de aquel mencionado medio célebre por la frase “El Mercurio Miente”, es contrapunto pro Concertación. De todos modos un acierto. El problema es cuando ubican sus columnas en el blog. Es fácil disparar sentado desde un escritorio y con nombre falso. Por el marcado público lector de aquel medio de Agustín Edwards, a Peña lo tratan desde el último obrero de la construcción, con todo el respeto que me merecen a aquello trabajadores, hasta de marxista. Las pasiones políticas en la derecha muchas veces se traducen en descalificaciones y no en debate. La más utilizada por este sector es: resentido. A Peña le han dicho 1000 veces, resentido. Resentido según la RAE, es “Dicho de una persona: Que se siente maltratada por la sociedad o por la vida en general”. No creo que Peña se sienta maltratado por la vida, en fin, no nos desviemos del tema. El asunto que las portadas de El Mercurio de Santiago parecen reírse como Piñera después de tomar de un vino de honor. Leí por ejemplo en el suplemento El Sábado, la historia de Felipe Kast, el ministro más joven de Piñera. Kast como también fue uno de los líderes jóvenes que propone anualmente la revista del Sábado, y donde han pasado varios nortinos. Interesante artículo. Después en deporte, la proyecciones de Ruiz-Tagle, el subsecretario de deportes. Y así sucesivamente. Todos los artículos coronados con fotos sonrientes de los susodichos. Nada de bocas chuecas y gestos feos como solían poner con Ricardo Lagos, por ejemplo, enemigo declarado de El Mercurio de Santiago.

Las páginas editoriales de la A2, hoy parecen verdaderos jardines de flores, todo lindo y todo hermoso. Futuro esplendor, como dice el himno nacional. En un medio uno espera objetividad, si se puede. Pero aquello es utopía. En Chile los últimos 30 años los medios a nivel precisamente no se han caracterizado por su objetividad política. No incluyamos el período de Pinochet, pues ahí quienes revisaban y corregían lo que se publicaba o no eran los mismos militares. Con la Concertación, tanto El Mercurio como La Tercera, hicieron una oposición a ratos sana a ratos enfermiza. Por el otro lado, La Nación hizo lo mismo hasta que al final, por la campaña, habría perdido el rumbo con ataques personales. The Clinic en lo suyo con su ironía y sarcasmo de izquierda snob.

Si hiciéramos un balance, lo sigo diciendo como lector de papel, respecto a la tendencia de los medios, la cosa quedaría de esta manera: extrema derecha, UDI, poder económico, Opus Dei, El Mercurio de Santiago; derecha moderada, RN, presidente electo, La Tercera; concertación, La Nación Domingo y The Clinic; izquierda extrema, El Siglo. A final para hacerse una imagen país, debemos leer: El Mercurio de Santiago (como decían por ahi, hay que leerlo para saber que quieren los patrones) y contrarrestarlo con La Nación Domingo por ejemplo, y así sucesivamente. De todos modos mala cosa. En estos momentos se carece de un medio objetivo de centro. Y pensarlo también es utopía, pues la Concertación querrá invertir y lo hará desde su posición. En España, el alma mater (por lo de Franco, González y Zapatero), pasa lo mismo. El Mundo (una suerte de la Tercera) y el ABC, son de derecha. El País es más de centro- izquierda (Concertacionista).

Leer ambos recién significa informarse de España.

No obstante de ahí también la importancia de internet a través de los llamados medios electrónicos ciudadanos y participativos que abren el debate.

Cinco razones por las cuales la literatura en Arica se encuentra estancada Autor: Daniel Rojas Pachas.


Nota al lector: En primer lugar, el siguiente escrito no busca ofender sino instar a la reflexión de los llamados actores y protagonistas del arte literario en la XV región y si es posible comunicar la inquietud y apreciación a otros destinatarios interesados por el tema dentro del país o fuera de él y que encuentren en lo expuesto, alguna similitud con las condiciones en las cuales producen.

En segundo lugar el redactor está consciente de lo expuesto y asume total responsabilidad de sus dichos, de modo que sólo pide al lector interesado, la madurez suficiente para valorar la crítica. En términos sencillos, no se pique y patalee si usted como escritor, ya sea poeta, narrador, cronista, ensayista o dramaturgo, gestor cultural, editor, lector, académico, crítico o autoridad ligada a este arte, ve su perfil detallado o puesto en tela de juicio.

Finalmente ¿Por qué cinco razones y no un top ten? primero por capricho y porfía del redactor, segundo porque al igual que todo otro trabajo literario, este no se encuentra exento de ser completado a posterior, corregido o (re)escriturado con cinco reglones extra o más y por último y no menos importante, en esta materia no hay un punto final sino un trabajo continuo que se ramifica en extenso tal como lo demuestra cada punto detallado.

Sin más preámbulo…

1.- En la ciudad de Arica y sus alrededores, hay una gran lista de vates, bardos, noveladores, rapsodas, biógrafos, recitadores, cuentacuentos, fabuladores, aforistas, traductores, antologadores, directores de revistas, realizadores de performances, escribidores y escribientes sin obra conocida o por conocer, no hablo de publicaciones pues en sentido opuesto hay personajes que tienen una cantidad de textos auto-editados, sobre la veintena pero que muy pocos por no decir “nadie” ha leído o siente interés por leer, ya sea por lo imposible de rastrear materialmente, son bibliografías fantasmas con tirajes de 5 a 10 ejemplares por libro sin que ello evite que refuljan triunfadores en la ampulosa carta de presentación de sus dueños aún cuando en la mayoría de casos para ser sinceros, más bien deberían ocultarse pues demuestran de primera a última página una laxa rigurosidad, profesionalismo, innovación y respeto por el simple ejercicio de escribir y más aún de corregir y superarse a uno mismo en una tarea que para nada es un hobby.

Me refiero en este punto a personajes que ostentan y detentan rimbombantes un título o rango que consideran (ojo, ellos mismos consideran) sumamente digno y magnificente, el de escritor o más aún el de autor cuando en verdad la pura chapa y pose arrastran, pues no hay escritura, a ciencia cierta no escriben, saben juntar letras y armar frases pero de ahí a escribir hay años luz, algo similar a pensar: En Chile muchos saben leer, claro conocen el abecedario, las vocales y pueden repetir una frase o párrafo de memoria pero no interpretan, no abstraen, no comprenden y finalmente no aprenden. Pero volviendo al tema, ¿Cuál es la ganancia entonces de estos personajes al ostentar el slogan de escritor? me aventuro a suponer que el título los dota de cierto aire intelectual, místico, bohemio o abolengo que los hace compararse con Ercilla educándose en la corte de Felipe II. El escritor a fin de cuentas es únicamente quien escribe, el resto es pura fantasía, parafernalia y delirio patológico.

2. En la ciudad de Arica y sus alrededores no existen dos ejercicios básicos, primero la autocrítica, esencial para no pasarse a guano con cualquier cosa que al llamado “escritor” se le ocurra devolver sobre el papel o la pantalla. Si está tarea de autoanálisis y reflexión sobre lo hecho se ejerciera a cabalidad, el punto uno recién expuesto no existiría. En segundo término, se extraña la crítica de profesionales del área y la crítica justa entre pares, hablo de una buena lid, o sea de frente y con argumentos sustentados, ya sea atendiendo al diseño o contenido del texto.

Lo que sucede con los críticos y comentaristas en la ciudad de la eterna primavera (Arica) es que así como no todos los que se dicen escritores lo son, tampoco todos los que se dicen grandes lectores, reseñistas o críticos lo son. Esa fauna de plano se extinguió o sus zapatos son ocupados por cualquiera que no siendo capaz de tirar un verso o prosa, optó como buen opinologo por lanzar en el diario local o algún medio digital, diatribas flácidas y escuetas y en el caso de los amigos, grandilocuentes y maravillosas, acerca de obras que en lo absoluto tuvieron la suerte o delicadeza de ser leídas y más aún interpretadas o comprendidas. Este es un palo extra a las universidades de la localidad y sus académicos (a la fecha entre tradicionales y privadas son seis o siete universidades para una ciudad que no supera los doscientos mil habitantes) Estas casas del saber, teniendo en algunos casos departamento de letras y facultad de humanidades, poco y nada aportan en investigación y extensión, no tienen desde los setenta, una publicación regular sobre literatura y lingüística y atrincherados desde sus oficinas forman a nuevas generaciones de pedagogos de letras, comunicadores y en menor medida escritores, listos a repetir los mandamientos de UTP o cualquier dirección en prensa o centro cultural ostentando un espíritu acrítico e indolente, pues pasan por cátedras desactualizadas y desarticuladas, ajenas a lo que se produce y se ha dicho en la ciudad, Chile y Latinoamérica, específicamente Perú y Bolivia (por ser colindantes con la ciudad) en esta materia tanto en creación como en teoría en los últimos treinta años. Hablamos de burbujas autorreferentes que se leen a sí mismas de modo complaciente.

El resultado, profesionales provistos de herramientas de hermenéutica, estética y semiótica que en la malla se lucen pero que sólo dejaron como huella un par de conceptos que no se entendieron en la práctica y en la lectura. La intertextualidad por ejemplo, tan manoseada en los programas y abismantes bibliografías que se leen el primer día o que se cita a diestra y siniestra en cátedras magistrales, charlas intelectualoides de pasillo y en esos pocos congresos que se dan cada tres años, se extraña en los trabajos, tesis y ponencias que siguen con el respeto que me merece el siglo de oro y la generación del 27, analizando el manido erotismo en Lorca y la ultrajada demencia en el Quijote.
Finalmente y lo que es peor, la chismografía y el escarnio, la crítica entre pares que no pasa del pelambre personal y la envidia, el sabotaje, el proselitismo y gremialismo barato: Si eres de mi círculo, de mi asociación con carnet y cuota, de mi grupo de tomatera en el bar de la esquina o club de Toby, dale eres un genio, la reencarnación de Proust o Rimbaud pero eso sí, no puedes lucirte más que yo, de lo contario tírate a un pozo blasfemo, profano aprendiz, neófito. El ninguneo y el sobajeo está a la orden del día.

3.- En la ciudad de Arica y sus alrededores, el encierro ha vuelto a los llamados “escritores” ombligistas y resentidos, postergados, subestimados por el centro, huérfanos y genios incomprendidos sin mecenas.

Rodeados por la cordillera, el desierto, el mar y la frontera, Arica y sus alrededores forman una isla sitiada si se quiere ver así y muchos de sus habitantes sobre todo los que dicen escribir, siguiendo esa lógica empiezan a tener delirios de naufrago sólo que en lugar de tener por amigo a una pelota llamada Wilson, monologan con sus cinco ejemplares del libro que publicaron refunfuñando contra ese mundo que los aplasta con viejos talentos de un canon inamovible y nuevas voces en las cuales prefieren no pensar pues la envidia y el miedo los corroe.

En ese sentido, muchos escritores por la necesidad de culpar a alguien y como Tata Dios poco y nada tiene que decir pues la Biblia es un Best Seller, estos escritores siguen soñando con Santiago como la meca al mismo tiempo que despotrican de ella pues amante furtiva, esta les ha negado todo. Padre o madre ausente según se prefiera la metáfora, la gran capital los ha relegado no deteniéndose a comentar, en El Artes y Letras, Las Últimas Noticias o cualquier programa de televisión o página web a la moda, esos cinco ejemplares autoeditados con tanto esfuerzo en roneo y con tapa de opalina café que guarda el tesoro máximo de la literatura universal escrita en los últimos 2000 años, versos adolescentes que harían sonrojar a las lectoras del veinte poemas de amor, naturalismo al uso, narrar decimonónico o realismo sucio de fin de semana matizado por coplas, romanceros y experimentos visuales que volarían la mente de Jorge Manrique, Gustavito Adolfo o Apollinaire.

Retaguardistas y vanguardistas, románticos y objetivistas, Arica tiene todo y nadie ha apuntado los satélites hacia nosotros por mala leche y envidia. Cuando la realidad es otra, Arica y sus alrededores a la fecha, salvo algunas honrosas menciones por allí, no tiene grandes obras literarias que se pueden comentar, no tiene una editorial de consideración, tampoco una revista en papel y con tiraje decente abocada a la crítica y reflexión literaria con calidad tanto en la diagramación, diseño y contenido y que pueda difundirse y dar muestra afuera de lo que se está haciendo, tampoco existen centros culturales que impartan talleres literarios de modo regular, talleres de corrección y lectura más que de escritura y que ante todo estén dirigidos a jóvenes, estudiantes adolescentes y aquellos universitarios que están empezando y aún no se contaminan con la fauna. Arica no tiene concursos a nivel regional ni nacional en ninguna categoría, el premio municipal no existe así como tampoco librerías que valgan un ápice, la distribución de las obras y el comentario de las mismas no pasa de un lanzamiento en que se canta el himno y habla una autoridad de relleno, secretario del secretario reemplazante del intendente de reemplazo y luego se comen unas galletas frac y se brinda con Kola Real o se termina el vino de honor en un tugurio cantando karaokes. Además, los libros inscritos con ISBN son pocos o ninguno, en cuanto al depósito legal que de hecho es responsabilidad de los que editan, nada se hace, pues en la ciudad sólo hay imprentas que de modo ad hoc paran de hacer facturas y flyers de discoteques con fotos de actrices porno para sacar un poemario o librito de cuentos cada doce meses, por lo mismo nadie se ocupa de estas tareas, ni siquiera el escritor que es el principal interesado en difundir su obra fuera de la isla, al contrario, cruzado de brazos el “escritor” dice -suficiente tengo con escribir, soy un best seller en mi población y mi jefe comentó mi libro diciendo que era bonito.- Si al menos escribieran, ese podría llegar a ser un argumento, pero no, esperan en su trono a que el mundo condescienda, pare y voltee pues este autor tuvo la generosidad y decencia de honrarnos con su publicación.

Estos mismos “escritores” son los que en cada reunión ya sea tertulia literaria, lanzamiento de libro, convocatoria municipal o llamado del Consejo de las Artes aprovechan de llorar en masa por no ser leídos, por no ser comentados, por ser premeditadamente ignorados debido a una conspiración de escala mundial que ha decidió excluirlos del maletín literario o la lista de libros que deben leerse en educación media o la universidad. Encerrados en su metro cuadrado de ego olvidan detalles que han ocurrido en los últimos diez años por dar una cifra, la aparición del correo electrónico, los llamados a concursos nacionales e internacionales publicados en webs, la existencia de los e-books, de las editoriales independientes y cartoneras en otras regiones, las que aceptan obras o que son modelos a seguir y algo más de tipo local, la existencia del Perú y Bolivia a un par de horas y lucas de distancia. Países con ciudades dotadas de proyectos escriturales, universidades, imprentas y editoriales, ciudades con una nutrida existencia de escritores y redes de diálogo, crítica y lectores dispuestos, centros que además de Santiago son interesantes de conocer cuando al final, si lo pensamos, toda capital no pasa de ser otra provincia o suma de provincias con los mismos problemas de silencios y dilaciones y para que seguir nombrando la presencia de blogs y revistas digitales que llaman a publicar o la posibilidad de gestionar un concurso sólo por el amor a la escritura más que al sólido aunque suene idealista y en definitiva, pensemos con una mano en el pecho en cualquier intento básico de autogestión e interés por lo que se hace más allá de la pose y la tomatera.

Son estos mismos dueños de la verdad y sufridos románticos empedernidos de la escritura con capa y sobrero alón o zapatito de charol y pinta de Jazzista, los que no descienden de su Olimpo personal para ir a una lectura, ciclo de cine, obra teatral, recital de poesía, charla con un conferencista interesante, congreso o taller gratuito pues prefieren evitar la fatiga o sienten que ya nada pueden aprender puesto que nacieron bendecidos con un Aleph incrustado en su cerebro. La pasividad Zen de estos seres ejemplares e iluminados resulta inspiradora.

4.-En la ciudad de Arica y sus alrededores, escritores, editores, autoridades y toda la fauna literaria tienen un enredo conceptual básico y sumamente perjudicial. Se piensa por ejemplo que la función de una editorial equivale sólo a imprimir el libro y armarlo, se deja de lado lo más importante, la calidad y el cuidado de la edición que pasa por la existencia de un comité editorial, una línea de publicación, encargados de diseño y corrección de estilo. Hablamos en definitiva de un personal calificado, profesionales dedicados que cuidaran el proyecto y si eso se quiere pasar por alto, aún falta nombrar el tema de distribución y difusión, el colocar el libro en vitrinas o catálogos lo cual va más allá de un lanzamiento. O de qué sirve una obra publicada si no va a ser leída, claro uno no escribe para publicar, eso es válido, son asuntos separados, pero algo si es seguro, si uno decide publicar, invierte se desgasta en esa tarea, es algo lógico pensar, aquí debe haber una intención por parte de este ser que quiere llevar su trabajo a otros, de seguro se ha hecho preguntas clave como ¿Por qué escribo? ¿Para qué escribo? ¿Con qué finalidad escribo? ¿Cómo escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué tal escribo? ¿Tengo un estilo, de no ser así, debo tenerlo? ¿Cómo puedo mejorar? ¿He mejorado o al menos cambiado en todo este tiempo? ¿Para quién escribo? ¿Debo escribir para alguien? Son preguntas básicas que forman parte del ejercicio de autocrítica mencionado en el punto dos y que alguien que dice escribir y sobre todo busca publicar en algún grado debe tener en cuenta para no dar la hora.

Pues si escribo para mí y decido editar mi obra con cinco ejemplares para mi satisfacción y la de algunos amigos como Kafka que leía sus historias en un círculo íntimo, no tiene sentido pensar en una editorial y una distribución por el contrario si tu plan es invadir el marcado y sacar miles de copias, primero piensa qué mercado y qué impacto tendrás o piensas dejarlas bajo la cama, quizá tu idea es regalarlas o si eres ambicioso y en justa medida quieres una retribución por lo que consideras tu producto, buscaras venderlas pero ¿Qué implica eso? ¿Cómo puedo hacerlo?, ¿Quién me puede ayudar? si no soy vendedor, soy escritor. Estas son cosas por pensar. Y por último, si sacas un tiraje de cinco ejemplares, cosa usual en la ciudad de la eterna primavera (Arica), tengan la decencia de no considerarse al nivel en ventas de Isabel Allende y en impacto y trascendencia con Neruda, ojo no hablo de calidad al poner esos ejemplos de Allende y Neruda sólo de recepción del público, de percepción tanto de quien escribe y recibe. La autora de La casa de los espíritus y el poeta de la boina, ganada tienen su fama y popularidad, independiente de si nos gustan o no como escritores o si compartimos los modos en que manejaron y manejan su éxito.
En cuanto al tema de calidad, este pasa desde luego por uno y por la alteridad. Yo puedo creerme Munch y pintar palotes o haber escrito el próximo Ulises y no ser entendido por los que me rodean, ya que están acostumbrados a leer Condorito con el alto respeto que me merece Pepo y sus destinatarios. En síntesis, hay cosas que vale la pena limpiar y aclarar pues en Arica y sus alrededores, hace tiempo nadie pasa un paño por las ventanas y tampoco trapea el piso de lo que se entiende por literatura.

En este punto hay que mencionar además a las queridas autoridades de cultura y sus políticas, los fondos y becas y las actividades que se planifican como fomento a la lectura y escritura.

Los gestores y encargados de cultura de la región por lo general no tienen ningún conocimiento del área o competencia para determinar qué actividades son mejores para fomentar el proceso lecto-escritural, de hecho muchas veces no se dan el trabajo de distinguir entre quienes aportan en la región y quiénes son los dueños de la pose que se menciona en el primer punto y por lo mismo evalúan el mundo de la escritura comparándolo bajo la misma vara que corresponde a teatro o música. Si pensamos en un recital poético o lanzamiento de un libro a menos que sea Neruda vuelto a la vida, Gonzalo Rojas o Parra o un autor con un apoyo de mercadeo como Ampuero o Simonetti e incluso ellos, creo que cincuenta máximo cien invitados en una sala o espacio en una provincia, es valorable no estamos hablando de Mick Jagger por eso no podemos pensar en grupos humanos como los que convocan los Tres, los Jaivas o la Noche, son factores e intereses distintos, es claro que escuchar poesía, un cuento leído por su autor una clase magistral, diálogo o debate puede ser valioso pero demanda un esfuerzo intelectual y atención que no todo el mundo está dispuesto y no tiene por lo demás que estar dispuesto a bancarse. Aunque suene elitista el asunto, creo que las disciplinas al final convocan de distinta manera a públicos diversos por eso no podemos pensar en la literatura como un circo sin embargo los encargados de cultura siguen haciéndolo en desmedro de esta y por eso pretender poner algún esperpento foráneo o showman que aglutine a las masas algo así como un encantador de serpientes con libros publicados no sirve y eso, cuando estas autoridades existen, pues ha habido periodos en que el cargo dentro de la municipalidad ha estado vacante y por lo mismo el apoyo resulta nulo lo que sumado a una nula autogestión de los divos de la escritura entrega en la operatoria un rotundo cero.

Y hablando de divos podemos atender acá a los poetastros, bohemios trasnochados, explotadores de sus experiencias e infantes terribles, los niños malos e irreverentes de la escritura con sus respectivos grupys y mojados que se arrastran como rémoras cumpliendo sus caprichos esperando una y otra vez como fans enamoradas que vuelvan mientras acumulan con la cuenta de facebook o el fotolog emoticons y besitos virtuales; en su defecto, estos arribistas literarios se valen de cualquier otro escritor de alguna ciudad externa en especial esos de la capital que pasan y pisan la ciudad a fin de que los bendiga con su toque salvador y mágicamente por cruzar un par de palabras o mirada, una copa o elogio al aire, su escritura alcanza las cimas de un clásico.

Lo mismo ocurre con los talleres en que se debaten tres ideas añejas una tarde de jueves entre cinco tipos, incluido el escritor invitado a la región (del cual nadie ha leído nada pero todos son fanáticos) y al terminar todos son un poco más bellos e inteligentes. Y en cuanto a los fondos en Arica (las becas escriturales) podemos pensar en los precoces escritores destinando los fondos a sus bajas pulsiones las que hunden lo que parecía un futuro promisorio en eso… una promesa jamás cumplida y en cuanto a esos que se dicen clásicos, presentando por diez años la misma obra, re-editada hasta el cansancio con lo cual ya suman en una década cincuenta ejemplares que en realidad nunca ven la luz o desaparecen tan rápido como reciben el cheque.

Obras y propuestas que finalmente son tan fantasmales como la escritura de los espectros ennoblecidos. Y vamos atiborrando así una lista de infamia con becas de creación de espectaculares proyectos que de escritura y aporte solo dejan la firma cruzada y el rut en el documento bancario y la justificación de una prorroga al infinito para esa gran obra que definirá a la región, al norte grande y al universo y más allá pero que lamentablemente nunca… se escribió…

5.- Finalmente en la ciudad de Arica y sus alrededores mucho se dice y poco se hace. Hay demasiado pavoneo y todo queda en intenciones, intentos de revistas, intentos de talleres, intentos de libros, intentos de recitales, intentos de programas de cultura, intentos de concursos e intentos de escritores que sólo servirán para seguir empedrando el camino al infierno, en ese tránsito los dimes y diretes pueden ser ocurrentes y divertidos pero cuando se repiten hasta el hartazgo tienen tanto sentido como una misma palabra que se pronuncia por horas tornándose ilegible. La suma sólo deja estrellados y rencillas no resueltas entre egos heridos y orgullos candentes. En cuanto a obras y talentos, estas se pueden contar con los dedos de media mano de manera que amigo lector, si ha tenido la paciencia y determinación de llegar hasta este punto puede que este preguntándose y ¿quién escribe esto? y ¿qué lo autoriza a hacerlo?, bueno un simple hecho, el mismo que motiva y constituye la médula del texto, el redactor es un escritor, alguien que escribe y se de la paja de leer, observar, interpretar y desentrañar quién es quién dentro de este panorama atiborrado por poses y simulacros y en esa medida procura aunque sea de esta forma, quizá la más apropiada, con un escrito, promover el diálogo entre todos esos que dicen preocuparse por el arte literario. Como cierre a la transmisión, los dejo con la siguiente cita de “El miedo a la libertad” obra de Erich Fromm que nos ayuda aterrizar y priorizar las responsabilidades en juego: “el yo es fuerte en la medida en que es activo”. Es imprescindible ser autor.

miércoles, febrero 17, 2010

EL MARGEN DEL CUERPO DE FLORENCIA SMITHS: LA MATERIALIZACION DE UNA POLISEMIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



La palabra como herramienta fundamental del oficio de escribir, es en la más sutil de las concepciones una ágil daga que atraviesa los sentidos, este es uno de esos casos en que un autor, nos toma fuerte de las manos o simple y llanamente nos empuja dentro de los laberintos de su existencia, verso tras verso, en un poema o línea tras línea en prosa.
Florencia Smiths nos sobrecoge en una prosa poética desencarnada, a ratos áspera, adjetivada y vigorosa. Nos arrastra a situaciones vividas por un alter ego sensible. Surge la duda lógica de quién describe a quién: Si es el Yo lírico que observa con sesgo de crueldad al sustrato real donde esta contenido, así las cosas, jugando el rol de observador impasible o una persona que utiliza la poesía como acto de catarsis infructuosa.
El sesgo de crueldad es tangible en las adjetivaciones que menoscaban el actuar del otro, así es lector, hay un cisma que hace que el hablante lírico se describa como en tercera persona, esa falta de compasión divide el espejo de la realidad, creando la ficción de dos universos diferentes.
La catarsis de hablar, la sanación del espíritu como meta, es un albur que no se materializa, este cuerpo es vigilado por otra entidad al margen de él, recopila sus datos, sus experiencias, cruza el Rubicón cuantas veces sean necesarias para crear imágenes poéticas en el delicado arte de desnudar el espíritu, no falto de un ojo clínico rayando en lo científico:
“Escribiendo acude a las superficies, a la escara, a la sutura, puede nombrar cuanto existe, hacerlo existir, como si tuviese desde mucho antes la experiencia de la sintaxis, en contraposición de ese defecto de la adaptación”
No se debería pensar en que esto enfría el temple de la poeta, la pasión se encuentra explícita e implícitamente en extensos pasajes de esta obra:
“Tuvo que enseñarse a combatir esa dual desidia, esa doble batalla de elegirse opuesta y correr el riesgo de suspender acaso siempre- la otra mitad”
Se cree que la Poesía tiene la cualidad que posee el agua, en cuanto a la adaptabilidad del continente y el contenido, puede ser, que el yo poético subsista con esta cualidad dentro del cuerpo del poeta. No es este el caso. Y aquí descubrimos el primer significado de cuerpo, y porque está al margen, escindido de una manera fatal que se descubrirá en las últimas palabras de este libro.
El segundo significado es meramente estético, se nos presentan los textos en amplia mayoría como un párrafo compacto, en que hay poco espacio para el lúdico ejercicio de los silencios. Salvo, en los versos en que se crea un efecto de vacío que invita inevitablemente a la reflexión, no es un descanso a la mente escrutadora del lector, es la ductilidad del vértigo propio del avance del texto y del silencio.
Los márgenes en contraposición al texto, impresionan notablemente. Ese es el segundo significado del cuerpo.
Continuamos en esas líneas que nos imponen entereza, en ese filo del espejo que a veces, nos es imposible asir sin herirnos.

CELICE- A-HA - SUBTITULADO EN ESPAÑOL

martes, febrero 16, 2010

ELEGIA AL CHANGO LOPEZ (POR EDUARDO DIAZ ESPINOZA)



Apareció este Juan, entre
piedras y covaderas
arrastrando
hedor centenario.
Pobre el hombre, tomó
su bote,
coloca languidez, más
que ollas, hambre desde
sus primeros berridos,
lleno de piojos e hilachas,
una imagen que inspiraba
olor rancio, el pasado del
que emana
esta mezcla de chango y
minero, el Juan, hijo de un
tal López, ahora
es chango y famoso,
hasta tiene un balneario,
allí, hay cualquier
cantidad de amores
y colocadas de gorro,
ya convertidas en relatos
tradicionales.

Debió ser de Coanil
siempre se lo pasaron por
la bragueta, mas
este es el destino,
le hicieron un mono de cemento
frente al hotel, a un maestro
que le sobró mezcla de
una construcción,
le encargaron la “obra”.

Dejen ya
de britanizarnos
la ciudad.

Nos basta con el
Reloj de Porquería.




El P. Lado es un vulgar,
grosero y sacrílego,
mal criado en estos contornos,
esto quiere decir,
no un allegado
como el del banco,
que le cuelgan
más que a cualquier
ser normal,
– lo que ha quedado establecido
como verdad adquirida –
amado bestia que
vive la ilusión como
un pobre, llegando
al grado cero,
mitómano que nunca sabe
lo que ocurre.
El buen vaca,
pero: y ¿Juan? Eso, es
harina de otro costal.



En aquel tiempo…
Juanito se pegó la dormida,
después, una feroz cagada,
y desde entonces, la ciudad
vive bostezando,
a causa de los flujos
de los cambios,
y continúa sus crisis de la adolescencia.
Difícil es hallar aquí
gente célebre por su valentía,
eso sí, hay rocas
eruptivas, toda clase de
minerales, las roquitas
las han ido sacando
para hacer cositas de metal,
el salitre, se fue a la cresta,
pero no faltan
los motivados por fenómenos
tendenciales que
piensan en la
vuelta del “oro blanco”.
Entonces, habrá abundancia,
mayores posibilidades
de créditos, el abaratamiento
de radios, televisores,
tocacintas, videos y películas
porno.



Juan el pobre, Juan Nadie,
el Chango López,
nunca anduvo a caballo
según cuentan;
nunca tuvo las bolas
como platillos,
claro que la gente del norte
chico, siempre cabalga burros,
por eso anda por ahí
el volantines, pues, todavía a
los aborígenes les gusta,
no olvidemos que son
descendientes
de Francisco de Aguirre, el As
de Bastos.
El contacto con la familia,
los seres amados, los ceneís, la
ciudad in crescendo. Claro
que, en asunto de negocios,
nunca tuvo éxito,
su voz y su acción reducida
al silencio,
pero tal fracaso no tiene el
sentido de un mal entendido.
¡Pobre Juan! ¡Qué gil!
Ossa lo dejaba en
pelotas,
a fin de pasar provechosamente,
dicen: Ossa no usaba jabón,
más corredor que árbitro,
muy económico, no aspiraba
neoprén, le bastaban los efluvios
de su bacinica.




Más se ve cuando más se mire.
De por ahí la gente de la
Perla del Norte, economiza agua,
ya que siempre escasea, de tal
manera que la proporción de
cochinos es enorme, no faltando
el sureño que se baña
todos los días y,
por costumbre, esa gallá
se baña porque echa de menos
la lluvia.
No falta el compadre
que asegura, que la chilenidad
empezó en San Pedro de Atacama,
incluso unos ñatos le construyeron
una casa a don Pedro de Valdivia,
él, que apenas dio una miradita
por ahí y se las endilgó para Santiago,
que entonces no era Santiago,
y de Santiago son los “sabios”
que pusieron una plaquita
en la “casa de Pedro de Valdivia”.
Claro que en cosas de historiadores
no me meto, porque no lo soy,
eso es para otro tarúpido que se las
da de conocedor, a ése
el componedor lo bautizó como
“el ladrón de pelotas”;
diré solamente que en Atacama la Chica
hicieron su gran casa de putas,
en unos toldos que levantaron,
don Pedro y doña Inés, Sancho de Hoz,
que no tenía martillo, pero
que se le paraba, reclamó
y lo acusaron de extremista,
por tocar una extremidad de la doña,
y se fue cortado por el cogote.

Después de todo, los españoles,
no bajaron a la mar que venía
grande, y se cagaron de calor
por el desierto, lo cierto es que
le dieron a Juan López, el Chango,
la oportunidad de su vida,
fue la polla gol de ese entonces,
puso sus patitas en Peña Blanca,
territorio de Bolivia, unos añitos
después, un cholo dictador,
Melgarejo, le puso nombre:
Antofagasta.
Armando Carrera de puro picado
porque la Rebeca no le dio boleto,
le cambió el nombre al vals
y la ciudad sigue llamándose
Antofagasta.
No faltan los entendidos
en cosas de toponimia,
cabalito, toponimia, no
potonimia, eso corresponde a
los potos del balneario municipal,
lo cierto es que todavía le buscan
las cuatro patas al gato,
igual como ese que busca
raíces incaicas en el nombre de
Matilla, de donde dicen que son
los alfajores que ahora llaman
de Pica, na’ que ver.

El espíritu aventurero
se fue por el desagüe,
se paraba a hacer muecas
incomprensibles,
carente de sentido biológico,
tú que me escuchas ahora,
dancemos este valse,
ves como la gente anda insana,
todo se ha revuelto,
el mirista Poblete sigue
enterrado en su letrina
del Parque Centenario, ahora le
colocaron hasta una clínica al lado,
para que recuerde sus tiempos
de médico.

No puedo olvidar, o pensar como
un futbolista cualquiera
que a Le Paige se le había
puesto que Adán y Eva eran
originarios de San Pedro de Atacama,
– dato para el huevantines –
y que el paraíso terrenal
debió haber quedado
entre el valle de Jere
y Toconao, angostito y funcional,
un paraíso de cartón, desechable
made in taiguán.
El “ladrón de pelotas”
dale con Atacama, al menos al
Luis Alberto le da por copiar a
Salomón.




A veces uno se equivoca,
“una”, dijo la Marcia Alejandra
cuando iba a ponerle unos velones
a la “santa Juanita” y
cree hallarse en Iquique,
por la enorme cantidad de
maracos que ha llegado,
eso que todavía no vienen
los marinos, ni traen plátanos
de Guayaquil,
son increíbles las cosas
mi buen Chango que pasan
en tu ciudad
poblada de vagos, sapos,
mariguaneros, Conrado Menzel
le robó la carta de Perón
al loco Cáceres, y ahora el
pobre anda repartiendo las puras
fotocopias, el tontito
Fajardo es cuento aparte.
Latcham lo tendría clasificado
como “eslabón perdido”, claro
que hay otros tontos no
menos notables y pasan
inadvertidos, y como
tales los dejaré en el anonimato.
Antofagasta sigue dormida,
sus calles desiertas,
hacen falta el Crazy y el Lola Puñales,
los jotes cagándose en la Plaza
Colón, el alcalde,
puchas que hace falta el Alcalde.

Antofagasta, antofagastita,
se va el siglo XX,
¡DESPIERTA, MIERDA!

viernes, febrero 12, 2010

CONTRA LOS POETAS (CONDICION HUMANA Y POESIA)


Desde que comencé a realizar los Talleres junto a Álvaro López por allá el 2001, incontables veces dije lo siguiente: “Detesto a los poetas, amo la poesía” pareciese una frase antojadiza y no exenta de cierto juego retorico, pero no es así.
Mucho se le puede criticar a los poetas, muchísimo, son humanos, quizás más humanos que otros que ejerzan su vocación. Pero vayamos a la poesía y porque postulaba lo dicho: Nietzsche decía acerca de la utilidad de la poesía en el libro Gaya Ciencia en el aforismo 84 -Del origen de la poesía-, “Se dejó entrar el ritmo en el discurso como fuerza que ordena los átomos todos de la frase, que obliga a elegir las palabras y que hace el pensamiento más obscuro, más extraño y lejano: La utilidad de esto era en verdad una utilidad supersticiosa. Cuando se notó que el hombre conserva mejor en la memoria el verso que la poesía, quiso grabar los deseos humanos en el espíritu de los dioses por medio del ritmo (…) la oración rítmica parecía acercarse más a los oídos de los dioses. Pero ante todo, se pretendió sacar partido de la influencia que la música ejerce sobre el hombre; el ritmo es una coacción, engendra un irresistible deseo de ceder (…). Se trató de obligarles con el ritmo y de ejercer coacción sobre ellos; se les hecho como un lazo mágico, la poesía”. Esto en el entendido de tener a plena vista aquellos siglos y tiempos menesterosos en que los poetas o aedos , eran guardianes de tradiciones , historia y en síntesis depositarios de la idiosincrasia de un pueblo, sin olvidar que este carácter sagrado se concreto en los más diversos cultos de la antigüedad, se dirá que la poesía es o fue una especie de control social, pero desde ese prisma, el arte ,la filosofía , religión, ética y demás manifestaciones humanas son diversas especies de control social, pero obviando lo dicho, se debe sopesar la importancia de esta en el desarrollo humano.
Martín Heidegger en su opúsculo Arte y poesía, expresa lo siguiente: “El lenguaje mismo es poesía en sentido esencial. (…) El arte como poner-en-obra-la-verdad es Poesía. (...) La esencia del arte es la poesía. Pero la esencia de la Poesía es la instauración de la verdad” el subrayado es nuestro, con el objeto de demostrar una de las tantas manifestaciones de coacción, pero veamos la importancia superlativa yacente en lo antes expuesto, la poesía es el catalizador de todo arte y su contemplación una verdad palpable, de acuerdo, ahora se podría entre los que esto leen argumentar en contra. Nietzsche en opiniones y sentencias diversas en su aforismo 32 -La pretendida verdadera verdad- “El poeta aparenta conocer a fondo las diversas profesiones (…) y todas las cosas referentes a ellas.(…) Explicando los destinos y los actos humanos, parece como si hubiese estado presente cuando fue tejida la trama del mundo. En este sentido es un impostor”. Donde queda acá la imagen que nos entrega Heidegger acerca de la verdad, ¿ Es el poeta un impostor O un impostor fingiendo y engañando con apariencia de verdad?. Después de una operación mental se llega a la conclusión que el lenguaje mismo es un engaño. Pero sin desviarnos del tema, Poesía y Poeta pareciesen ser fenómenos que escaparan a los conceptos de verdad o mentira, pero ateniéndonos al aforismo 148 de Humano demasiado humano, descubrimos otra cualidad a este impostor, “aliviador de la vida” paliando a medias la pasión por la acción propia del carácter del hombre, en cuanto a esto, considero al Poeta como amo y señor de los versos que quiera dar al mundo, un demiurgo tan sencillo como un panadero. Aristóteles en “El arte poética” Capitulo V dice: “Si es tachado el poeta de que no es así lo que cuenta; responderá: Mas así debe ser (…)”. Fácil es sentarse y criticar al poeta como persona, como ese substrato real, distinto al “Yo poético”, ejemplo de esto, recordando cosas leídas, está John Milton, célebre autor del “Paraíso perdido” que dolido en grado sumo por la muerte de su amigo Edward King, decide plasmar su sentir en el poema Lycidas, que fue criticado de poca seriedad al llorar a su amigo añorando recuerdos pastoriles inventando y otorgando a los personajes nombres mitológicos. Uno de esos detractores postuló “Cuando sobra el tiempo para la ficción es porque hay poco pesar”. El Poema ya es ficción, es posible reinventar y recrear ese dolor u otro sentimiento y plasmarlo de las diversas maneras que la poesía, la literatura y en última instancia el yo lírico crea posible.
Ahora en cuanto al artículo de Alejandro Zambra “Contra los poetas” es sencillo atacar el substrato real de los poetas, registrar su actividad, analizarlos deducir una regla general acerca de ellos, pero en el fondo, más que a los poetas, estas socarronas observaciones, muy graciosas y palpables a través de la vida cultural, es aplicable a muchas profesiones y vocaciones, claro, cambiando los detalles, el espíritu no variaría, es decir, a la condición humana en extenso. No es que esté en oposición a Zambra, es que en realidad, y es la duda que asaltaba a los oyentes de mi opinión “Detesto a los poetas, amo la poesía”, aclaro que a los poetas con sus pequeñeces, sus dobleces, sus niñerías, sus postulados fatuos , etc. Sean grandes o poetas menores, humanos, sólo, demasiado humanos. Importa la poesía, por siempre la Poesía.

martes, febrero 09, 2010

COVENANT- LIKE TEARS IN THE RAIN- SUBTITULADO ESPAÑOL

CAMANCHACA, CUANDO LA NIEBLA CUBRE EL ALMA DE DIEGO ZUÑIGA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Camanchaca lleva por nombre la primera novela de Diego Zúñiga, desde los primeros párrafos asalta esa idea de la distancia que antepone el protagonista a todo lo que ve , a todo lo que siente, el viaje a Iquique y luego a Tacna, no es más que un iter escabroso entre la conciencia , la historia personal, la historia de disgregación familiar, leitmotiv de la obra en si. Este desapego este muro de falta de comunicación, secretos, verdades a medias y mentiras a secas tiene un límite: La relación del protagonista con su madre, piedra angular de muchos de los hilos paralelos de la historia, ya que hay dos grandes afluentes en la historia de este joven de 20 años.

Ahora la ambientación, el desierto, el camino extenso, los cerros que dan un aspecto de cementerio de dragones, una ciudad, Iquique, con sus locales, sus calles, su mítico Tsunami (acá en Antofagasta tenemos algo parecido, y que cada cierto tiempo aparece) las precauciones al respecto, la señalética, El Morro, una pasada rápida por Alto Hospicio, la soledad de los habitantes del desierto, se convierten en un todo con el aparente “frío equidistante” del protagonista.

Sin duda , ayuda la narración hecha en párrafos separados para llevarnos a una suerte de viñeta distinta, a un lenguaje corto, preciso, no mezquino, sino el suficiente como para darte con las narices en otra de las dinámicas interpersonales distantes , gélidas, algunas con culpa, otras rayanas en religiosidad absurda.

Tal vez, aquel que no conoce el desierto y sus ciudades pensará en que sus habitantes son de alma árida, quizás, en algún porcentaje, no lo sé, he vivido toda mi vida aquí.

Ahora, al lector, que camine en pie seguro, y asienta con la cabeza como lo hace el protagonista un millar de veces, y entre a esta camanchaca, neblina personal , en este caso, para entrar a un camino que quizás jamás termine.

Anverso Literario: Dialogando con la Nueva Narrativa del Norte de Chile ( Por Daniel Rojas Pachas)


La Antología Nueva Nortinidad, nuevos narradores de Arica y Antofagasta (Cinosargo 2009) se encuentra integrada por los siguientes autores de Antofagasta: Rodrigo Ramos Bañados, Álvaro López Bustamante, Eduardo Farías Alderete, Jaime Cortés, Juan Luis Castillo y de Arica los escritores: Roberto Flores Salgado, Josmar Conde Tolmo, Luis Seguel Vorpahl, Carlos Morales Fredes, Daniel Rojas Pachas y Pablo Espinoza Bardi.

A propósito de la selección de quienes por la incipiente XV región han tenido el atrevimiento de representarse narrativamente a sí mismos más que a una localidad, resulta necesario entregar unas palabras. Los estilos y técnicas dispares que demuestran deja en claro que si bien todos tienen en común el residir en Arica (ni siquiera se puede decir que todos sean originarios de esta zona, dada la condición extrema y fronteriza que ostenta) podemos destacar por encima de la confluencia espacial un irrefrenable deseo de no ser encasillados y evitar asumir de modo determinante el espíritu de geografía frontera, ciudad heroica y nostálgica que cierta mirada canónica ha impuesto. Por ello, citamos planteamientos de Virginia Woolf a esta altura ya clásicos aunque muchas veces no escuchados o bien entendidos por algunos sectores dogmáticos de la tradición literaria local y porque no nacional, que pretende regionalizar la literatura como una imagen de postal llámese pampina, austral o alegórica del copihue o el cactus.

Woolf decía: La vida no es una serie de farolas ordenadas simétricamente, sino un halo luminoso, una envoltura semitransparente que nos rodea desde el inicio de nuestra conciencia hasta su final. ¿No es tarea del novelista transmitir este espíritu variado, desconocido y sin circunscribir, no importa qué aberraciones o complejidades manifieste, con tan poca mezcla de lo ajeno y lo externo como sea posible?

Tales palabras nos permiten expandir desde el intuitivismo, la irracionalidad, el expresionismo y la percepción estética de cada individuo, la región, no como un exacerbamiento de lo que Tolstoi decía "Describe tu aldea y serás universal"

Sino considerando la realidad que nos convoca como es en su completa incertidumbre... una aldea global, abstracta y con fronteras virtuales, más cercana hoy a una red paragramática llena de códigos fonéticos, sintagmáticos y semánticos, signos y discursos intra- e infra-históricos y que cada autor sabrá como abordar y proponer a su antojo independiente de su ubicación en un hemisferio.

Al respecto, no podemos negar que el espacio y época influyen, la distancia de un centro por ejemplo, digamos Santiago... Pero para el caso de Arica vale afirmar que hay muchos otros centros a los que paradójicamente la ciudad ha estado anexada o vinculada a lo largo de su historia, Perú y Bolivia... también Arica, si lo pensamos es al final un centro lejano e indolente para las provincias de Parinacota y la población Aymara del país y en cuanto al resto de Chile, la otrora ciudad de la eterna primavera, es también un núcleo cuando se trata el tema de los inmigrantes ilegales y la droga.

En definitiva todo lo expuesto está en mayor o menor medida en la mente de los creadores de esta antología y si bien uno puede escribir situado y lo hace... se puede contraargumentar a aquellos fundamentalistas del naturalismo regional que pregonan: "que uno no puede marginarse o dar la espalda al mundo que lo rodea" añadiendo del mismo modo, que uno tampoco puede excluirse de la labor de rodear al mundo con lo que uno es en lo más profundo de su caos y deseo por imaginar la realidad.

Por ello este grupo o colectivo imaginario de autores situados en Arica... no cabe tampoco llamarlo generación pues hay voces aquí que bordean los veinte y otros que superan los cincuenta... por tanto es preferible entender su quehacer como el de artistas disímiles de la palabra y que aspiran desde su individualidad a desarrollar una geografía mental más que territorial abocándose a la región no tan transparente que cada cual quiere relatar y representar en el papel.

Así lo demuestra la inclinación multifacética que vemos en los textos, el humor negro, la blasfemia y desacralización de figuras, lugares e hitos, incluso instituciones como el mismo arte de narrar son cuestionados con una revisión irónica y metatextual de la palabra y espacios concretos cargados de un esplendor utópico, podemos señalar el Morro o el manoseado y derruido Hotel Pacífico, en esos trotes tampoco es de extrañar la revisión a los llamados subgéneros, el terror, la ciencia ficción, la novela negra y las transgresiones que modifican la estructura narrativa lineal con saltos de nivel poniéndose atención más que a lo enunciado a la enunciación, los quiebres temporales y por último la ausencia de una voz definida se lucen en estas prosas.

La suma de todos estos esfuerzos en cualquier caso, tampoco anula el potencial de la tan mentada ciudad desértica y fronteriza que asume el rol de atmósfera o punto de hablada, espacio depredador, violento, contradictorio y ambiguo que Cormac McCarthy, Rulfo, Burroughs, Bolaño, Lowry y muchos otros vitalizaron...

Aquel lugar sigue siendo sin duda un misterio y veta a explorar y que lastimosamente termina pudriéndose como cualquier otra posibilidad creativa en el decimonónico afán de poetizar elogiosamente las bondades del paisaje y el tesón del tipo humano... por ello se plantea desde este punto, en la historia creativa de Arica, una imperiosa primera tentativa de romper con una inercia fetichista y reduccionista que se ha asumido como verdad en los últimos cincuenta años o más dentro de la literatura de la localidad... pues el ejercicio escritural debe ser el norte y no el norte como tótem, mantra o símbolo sacro una excusa para escribir en clave turística y condescendiente

Puede leer en línea la antología o descargarla pinchar en el título del presente artículo

lunes, febrero 08, 2010

Quinta Edición Especial de Poesía. Revista Cinosargo. Diciembre 2009


Interesante trabajo de difusión y edición llevan Milvia Alata y Daniel Rojas Pachas, la poesía siempre reclamará su impuesto de sacrificio y de sangre, esas ansias de que los versos lleguen a todo rincón del universo humano para florecer en una multitud de sentimientos, mis felicitaciones y abrazos fraternos desde Antofagasta.
En esta Edición Especial de Poesía participan los siguientes autores, y estas son nuestras consideraciones:

Gabriel Moyano Cárdenas
El pensamiento enajenado y el número como expresión pura de esa enajenación, como si fuera la única manera de atarse a tierra y al raciocinio, a pesar que contabilizando se crea esa fantasía de racionalización.
En cuanto a ritmo, una sinuosidad que a momentos exaspera sin provocar desagrado.

Ashle Ozuljevic
A pesar de lo prosaico que pudiera parecer su trabajo, en el subyace una serie de viñetas vitales interesantes de visualizar.

Alonso Valencia
Volviendo a las viñetas, las instantáneas Polaroid, aquellos que tuvieron en sus manos una de esas dichosas máquinas fotográficas, sabrán lo difícil de una buena toma, similar es el arte de escribir un poema breve, vale la pena ver esas instantáneas.

Marcelo Riesco
El marítimo saber versificado.

Ignacio Uranga
Cuando los juegos de lógica y no lógica descansan en el verso, se crean solidas formas poéticas, sil olvidar esa humanidad que parece desorientarse en el devenir de las palabras.

Cristóbal Valenzuela
La nostalgia hecha verso, hecha imagen y una infancia como rompecabezas.

José Garés Crespo
El sinuoso arte de las citas, los pasajes de ida y a veces sin vuelta de las imágenes contenidas en ellas.

Larga vida a Revista Cinosargo.

viernes, febrero 05, 2010

¿Por qué es tan artificial hablar de generaciones literarias? (POR DANIEL ROJAS PACHAS)


Creo que debemos partir revisando la siguiente cita de Vattimo a raíz de su lectura de Nietzsche– El carácter de «fantasma social» del yo tiene asimismo raíces «lingüísticas» (la obligación, para comunicar, de mentir según un sistema de mentiras o metáforas, socialmente aceptadas) y «disciplinares»: es la necesidad de comunicar nuestras necesidades a los otros lo que nos obliga a conocerlos de manera sistemática, a descubrirlos de una manera que resulte comprensible aunque sea superficial; -. La premisa del italiano podemos pensarla a la luz de una de las más destacadas generaciones de escritores chilenos del siglo recién pasado, la del cincuenta, que ha sido universalmente calificada como “demasiado heterogénea” para encasillarla pues ostenta nombres y proyectos escriturales como el de Lihn, Wolff, Teillier, Donoso, Alcalde, Jodorowski y Edwards entre otros. La pregunta de rigor es ¿Qué queda tras leer sus obras y revisar sus carreras por separado? Pienso que darnos cuenta que lo que Lihn hizo o Alcalde propuso por dar un par de ejemplos extremos, no da píe a dudas sobre posibles puntos en común más allá de circunstancias de nacimiento o coincidencias amparadas por el hecho de ser escritores en un medio reducido y dentro de una época que los llevó a toparse en encuentros, revistas o editoriales, formando parte de alguna antología o debido al capricho de algún crítico o académico a ser bautizados como parte del canon pues ¿Qué unión hay entre el surrealismo popular de Alcalde y la metatexualidad de Lihn más allá de ser productos literarios? En definitiva lo único real que hay entre ellos es la creación descarnada, la literatura en movimiento, el resto es prescindible… no hay manifiestos ni manera de reducirlos a un ideario unívoco, cada uno es un universo de voces, de obsesiones, incertidumbres y discursos que ante todo pierden, si queremos a la fuerza enmarcarlos para una postal o libro de liceo. El concepto de generación desde luego tiene un valor para la historia literaria y la crítica; permite ubicarnos espacial y temporalmente y sobre todo cruzar anécdotas, generar mitos para charlas trasnochadas, para tener una bonita introducción en un artículo, un buen punto de referencia pero a veces no pasa de las especulaciones y la chismografía preguntarse por ejemplo cómo tales desventuras afectaron sus escritos, quizá fueron compañeros de parranda y qué enredos amorosos los cruzaron, a qué congresos asistieron y cómo se apoyaron o ningunearon, pero de todo eso sólo queda un artificio metodológico, una moneda de cambio para sintetizar lo irreducible, el canon y la generación como su caballito de batalla es un mecanismo y como tal puede modificarse. Sorprende ver como a las generaciones se añaden o quitan nombres a conveniencia sobre todo cuando está de moda parir textos póstumos. Además hay que preguntarse, ¿Qué queda para la realidad actual con toda su virtualidad inherente y fronteras derribadas?, pensemos en experiencias límite como la de esta “generación del pdf y los blogs” llena de revistas y antologías digitales, los heterónimos y las identidades veladas además del plagio y el tráfico de información están a la orden del día, por tanto, si el caso de los del cincuenta era heterogéneo, el presente subvierte la noción de contexto inmediato y la artificialidad del concepto pondera la diferencia más que la unidad, la fragmentación de colectivos imaginarios se tiende a imponer, son geografías mentales y aldeas globales, no aldeas como las de Tolstoi, la novela mundo que soñaba Balzac ahora se pesa en bytes, esto no le quita el mérito a las antiguas tecnologías del conocimiento y diálogo, sólo las amplía, por ello el norte de Chile y su aridez por citar otro caso, no puede reducirse a la entronización de la camanchaca o las presencias tutelares como una divisa o himno de logia al cual hay que adherir como un miembro al partido, estamos hablando de arte, por tanto la noción y obsesión de generar taxonomías sólo debiera atender a la calidad de las propuestas y a esas circunstancias que fortuitamente producen una conjunción de voces en un momento y tiempo determinado, aceptando que el concepto como tal, reside sólo en la mente de los críticos y los libros de historia literaria y en la utilidad que los lectores le dan como factor metodológico. Creo que una de las victorias de este tiempo y sus ambiguas y cambiantes reglas de rápido consumo signado por los fast food y los realitys, es empujarnos a saber como Vattimo agrega El descubrimiento de la mentira, o del «sueño» (como dice el aforismo 54 de la Gaya ciencia), no significa que se pueda terminar de mentir o de soñar, sino sólo que se debe continuar soñando sabiendo que se sueña, pues sólo así se puede no perecer.

Autor: Daniel Rojas Pachas

jueves, febrero 04, 2010

Sector 9: cine en la próxima vereda de Antofagasta (POR JUAN LUIS CASTILLO YUPANQUI)



“Soy racista -dijo alegremente-. Me he convertido en un racista…Uno de los primeros efectos de viajar es que se refuerzan o se crean prejuicios sociales, porque ¿cómo nos imaginamos a los demás antes de conocerlos? Idénticos a nosotros, por supuesto; y sólo poco a poco nos damos cuenta de que la realidad es ligeramente distinta.” De Plataforma, Houllebecq



Cuando Granitoman llegó desde Sudáfrica en segundo medio con la sentencia: “soy racista”, me pareció extraño pero interesante. Primero, porque nunca había conocido a un racista de cerca, y menos lo esperaba en la cotidiana vida de escolar. Segundo, nadie en el curso o en el colegio afirmaba ser racista. Tercero, era chileno y de muy buen trato. Su papá era un oficial de alto rango en la fuerza aérea, de esos rangos y en ese tiempo (1983), cuando a los hijos de algunos uniformados los iban a dejar en pomposos autos sus guardias o guardaespaldas. Junto a mi amigo Rambo le pusimos Granitoman, porque era alto, algo rubio y sobre todo, porque tenía una mandíbula prominente, al mejor estilo de los superhéroes de ese tiempo, muy afín con el tipo George de la Selva, el original de 1967 que se transmitía en los 80s. Le preguntamos por qué era racista. Nos respondía que los negros eran sucios, cochinos y flojos, y que teníamos que vivir con ellos para saberlo. Me he considerado un humanista desde antes de ese tiempo, porque he podido convivir en ambientes bizarros y fuera de foco durante casi toda mi vida, sin importarme la condición del otro más allá de su humanidad, su forma de abordar a otra persona o la simple y llana actuación en situaciones límites, como lo son las drogas duras o la callejuela oscura que nunca se sabe qué va a traer.

Granitoman nos acompañó una vez con Rambo a una extraña forma de diversión que teníamos. Íbamos algunos sábados a la Bomba España a las noches de tango. Algo muy extraño en ese tiempo, la verdad, aún es raro, pero qué va. Nos gustaba descubrir mundos, y también nos emocionaba sacar a bailar, y seducir a las viejas y señoras que iban a ese lugar, que ahora sólo se remite a su función de acoger a los bomberos, y quizás servir de escenario para algún bingo o un casamiento.

El día que nos acompañó Granitoman, nos pareció más extraño aún, porque implicaba que debía viajar desde Cerro Moreno a la ciudad y seguir a un par de locos, con 15 años, todos alumnos del prestigioso Colegio San Luis, a bailar tango con señoras y viejas de clase media baja, la mayoría, almas solitarias en busca del sentimiento derrotado y nostálgico del arrabal. Le pregunté por qué. Respondió que le interesaba aprender y conocer.

Después de algunas piscolas, empezamos a molestarlo. Cosas como: “¿no te incomodan estos mestizos que están bailando?. No son negros, pero están harto tostados y bajitos, harto pintarrajeadas y teñidas las señoras, harto ebrios los caballeros, harto de otro mundo el localcito”. Nada. Granitoman se reía mientras algunas viejas lo rodeaban y lo miraban como pollo asado. Finalmente cada uno se atracó a alguna, quién recuerda esos besos, y cada uno partió a su casa satisfecho.

A pesar de que sólo esa vez nos acompañó, de algún modo se estableció un vínculo y el hecho de que fuera racista no tuvo importancia, su trato fue bueno con todo el mundo durante su corta estadía en Antofagasta, sólo estuvo ese año en el colegio, y no pude descifrar por qué se autodefinía como racista.

Nunca volví a ver a Granitoman, sin embargo, el tiempo envuelve una serie de momentos significativos: en ese sentido, no es una línea de sucesos históricos, sino la continuación de una pregunta que te pudiste hacer en cualquier momento de la vida, en la niñez, la adolescencia, incluso ahora. Visto así, el tiempo, esos momentos, forman una continuidad subjetiva, que en palabras simples, sería como retomar el hilo de una conversación que te tenía entusiasmado, o el reencontrar a un amigo o amiga que no veías hace años, reestableciendo esa conversación o aquella relación con el mismo entusiasmo, a pesar del paso cronológico del tiempo, como si estuviéramos en hibernación, como si esos momentos estuviesen ahí esperando ser despertados, igual de emocionantes, igual de importantes en tu vida, igual de necesarios.

Ahora tengo 42 y algo pasó en Antofagasta. Una noche tomé un colectivo para ir donde Peka. Siempre le meto conversa a los colectiveros cuando me siento de copiloto y no hay más pasajeros. La mayoría de las veces quieren hablar, andan aburridos, escuchan conversaciones, tienen anécdotas. Y como me dijo uno de ellos: “alguna gente cree que un colectivo es igual que un ascensor, y se quedan callados todo el rato mientras llegan a su destino, cuando pasa eso subo el volumen de la radio, amigo”. La música siempre acompaña, pero a veces es mejor hablar con las personas, por lo menos eso intento cada vez que la ocasión lo permite. Esa noche fue especial. Se me ocurrió iniciar mi conversación de copiloto, proponiéndole al chofer el buen desempeño del ministro Velasco al prevenir la crisis económica, esa maldita-bendita crisis que derrumbó la concepción del mercado como autorregulador de la estabilidad financiera. “El tipo lo hizo bien -comenté-, ahorró mientras todos le pedían que gastara, decía que debíamos hacerlo por si venían tiempos de vacas flacas, por esa medida lo trataron de amarrete, incluidos Frei y Piñera”. Un hecho objetivo a esas alturas, la prueba de una buena decisión macroeconómica. No bien inicié el diálogo, el colectivero, un viejo de lentes con bastante aumento, casi completamente canoso, expresión hosca y ceño fruncido al acelerar la máquina, me anunció que no le interesaba la política, porque ningún político le daba el pan para llevar a su casa todos los días. Y tenía razón, pero le argumenté que hubiese sido terrible que le hiciera caso a la presión del medio en ese momento, porque quizás yo andaría a pie mi camino y él estaría sin ningún pasajero arriba del auto. “¡Eso no es así, joven!”, estalló. Me llamó la atención la aceleración paralela del volumen de su voz y del auto, su enojo repentino y brutal. “Ok -le dije-, me puedo equivocar”. “Los que nos quitan el trabajo -arremetió- son el montón de inmigrantes que han dejado pasar, yo voto por quien pare este desastre, y esté seguro joven, no será de la concertación, porque ellos han permitido esto”. Casi instantáneamente, al bajarme del colectivo recordé las palabras de Yoda en la Guerra de las Galaxias: "El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo conduce a la ira. La ira al odio. El odio lleva al sufrimiento". "Nombrar debes tu miedo antes que erradicarlo puedas".

En otra ocasión, al alero de un asado con mis amigos de siempre, salió el tema de la buena cantidad de negras que habían proliferado y deambulaban por el centro de la ciudad. Habrán sido dos años de esto. Para esa fecha realmente se percibía un incipiente aumento de inmigrantes que por “contraste” se hacían notar. En la conversa de sobremesa comentábamos la razón de la tendencia, y cómo eso de ser tolerantes y abiertos a dar oportunidades, al estilo ¿gringo?, se oponía a la realidad palpable y tajante. La querida China, le decíamos así como de cajón porque es hija de descendientes chinos por padre y madre, o sea, hija o nieta de inmigrantes, esposa de mi gran amigo Feña, planteó que no estaba de acuerdo con dejar pasar a “tontas y locas” a cualquier negra. “Nos están quitando la pega”, lanzó. “¿Tú quieres ser puta?”, contragolpeó Peka sobre el silencio de los demás. La carcajada fue unánime de los que disfrutábamos del rato, incluida la China.

Dos años después que conversamos de ese tema en el asado, la oficina de Extranjería de la Gobernación Provincial confirma que en la actualidad cada semana se gestiona la regularización de unos 150 extranjeros, con todo lo que significa.

¿Y qué significa?

La clasificación de Chile a Sudáfrica 2010 nos ha llenado de orgullo. No es menor el logro. En el trayecto del triunfo, vi los partidos en distintas circunstancias, y con distinta gente. En el caso puntual del juego con Perú, fue con mi otro esencial amigo Julio, el Negro, en su casa, junto a sus partners, geólogos en su mayoría. Personas de clase media acomodada, bastante simpática en general. Al pitazo inicial el asunto era muy concreto y su actitud precisa. Les gritaban a los peruanos toda clase de insultos: era una transformación, su nacionalismo florecía al transcurrir el partido y uno llegaba a imaginarlos, por lo menos yo, combatiendo con bayoneta en la guerra del Pacífico. “Indios culiaos, por eso están tan mal”, “por eso les quitamos Arica y Antofagasta, paitokos culiaos”. Frases de ese estilo iban y venían. Después de finalizado el encuentro volvían a la calma, enalteciendo el trabajo de la roja que aplastó una vez más al “enemigo”. Confieso que me sentí bastante incómodo.

La proliferación de locales de jugos tropicales, restoranes de comida típica o bencineras con personal peruano son otra muestra de una tendencia que comenzó y no se detendrá. “Ya se ven -al decir de mi amigo Negro Julio- grupos de familias de negros, paseando por el balneario los domingos”.

El Mercurio de Antofagasta publicó, bajo el título 299 alumnos extranjeros podrán estudiar tranquilos, la situación de los niños y niñas inmigrantes en condiciones de ilegalidad. El artículo comenzaba con el lead: “En Antofagasta hay 299 niños hijos de inmigrantes, la mayoría peruanos, que acuden a las escuelas y liceos y que, pese a ello, permanecen con residencia irregular. Para subsanar esta situación y garantizar el derecho de estos menores a la enseñanza, la Seremi de Educación y la Gobernación Provincial firmaron un convenio mediante el cual cruzarán información y darán prioridad a la regularización de los estudiantes”.

Siempre el viaje, como símbolo, es señal de cambio. De renacer algunas veces, otras, de extinción. Todo por alcanzar algún tipo de oportunidad, una suerte de dinámica de la conquista, en el sentido que le da la RAE, en la tercera acepción del diccionario, o sea: “persona cuyo amor se logra”. Esta premisa que ha derivado en las migraciones desde siempre, se ha implantado en la ciudad.

El caso de los pescadores de la Caleta Coloso es distinto, pero de igual modo se engancha en el proceso migratorio que se ha establecido en los últimos años. Es sabida la relación entre la gente de la caleta y Minera Escondida. El último conflicto estalló a partir de la rotura de un ducto de concentrado de cobre, que derramó partículas contaminantes en la bahía de Coloso. Los pescadores querían dinero a cambio del daño hecho. Hubo una muy cuidadosa y silenciosa negociación - que terminó por prosperar -, debido a que los pescadores la hicieron pública, ante la negativa de la minera de pasarles la plata directamente. El término del conflicto resultó ser una salida bastante diplomática, donde se informó a la opinión pública de la creación de un Fondo de Desarrollo Sustentable, que será administrado en conjunto por la comunidad y Fundación Minera Escondida. Días después del éxito de la negociación, a partir de una conversación con un amigo brasileño, que conoce tanto a hombres como mujeres colombianos y ecuatorianos, todos negros, me enteré que los pescadores de Coloso habían ido en masa a los cafés con piernas a gastar grandes cantidades de dinero.

En efecto, en Condell, entre Maipú y Orella, existen por lo menos tres cafés con piernas pegaditos. Por las noches gran cantidad de afrolatinoamericanos deambulan, gestando sus negocios turbios, esperando a la clientela, más mestiza que blanca, y que angustiada o excitada , con gustos exóticos, busca gastar las ganancias de la minería regional.

El mismo Vichino Infernal, así le decimos al amigo brasileño, dice que ellos sufren, sobre todo peruanos, bolivianos y ecuatorianos, lo mismo que los chilenos que se van a Europa o Estados Unidos. Generalmente ocupan puestos de trabajo de segunda categoría y juntan dinero para mandar a la familia al país de origen, o intentan establecer ahorros, para salir adelante con un negocio que les permita traer a la familia después. Y el sistema está abierto de par en par a esta lógica, pues a los empresarios, que son quienes dan el empleo, les conviene el circuito, porque los inmigrantes valen más baratos y son aplicados para trabajar, y más aún, pueden abusar laboralmente con mayor facilidad de ellos, por el hecho de ser extranjeros “a prueba” en el país.

Hace poco vi Sector 9: dicen que es la vuelta de tuerca del cine de ciencia ficción. La película llamada a ser la catedral CI-FI del nuevo milenio. Según la visión de Neill Blomkamp, su director sudafricano, ya no vamos a buscar aliens. Ellos vienen a nosotros. Ya no nos quieren invadir. Una falla técnica los trajo aquí por accidente. Desean partir pero no pueden. Ellos y nosotros estamos atrapados. Todo es necesidad.

Ampliar la sinopsis aclara aún más la situación de este futuro posible: “Hace 30 años, los aliens se pusieron en contacto por primera vez con la Tierra. Las criaturas se establecieron en el Sector 9, en Sudáfrica, mientras que los países del mundo discutían sobre qué se debía hacer con ellos. Ahora la paciencia respecto a la situación de los aliens se ha terminado. El control sobre los extraterrestres ha sido delegado en la Multi-National United (MNU), una compañía privada a quien no le interesa el bienestar de los alienígenas, sino las formidables ganancias que les podría reportar, su impresionante armamento, en el caso que pudieran hacerlo funcionar. Hasta el momento no lo han logrado: la activación de las armas requiere ADN alienígena”.

El ADN de Antofagasta está a la mano. Los protagonistas han hablado. Don Jorge, el taxista, dice que debemos echar a todos los extranjeros que nos quitan el pan de la boca, la China cree que no hay que dejar entrar más putas, el Negro Julio y sus amigos creen que debemos desechar a los peruanos y bolivianos, los empresarios están contentos porque tienen mano de obra barata, y los pescadores de Coloso, gastarán toda su plata en alienígenas antes de que nuestros invasores se vayan.

Soy conciente de que es bastante difícil sostener en la práctica cotidiana nuestras palabras, frases y comparaciones, aún más las que he nombrado hasta este momento -las mías y las que cité-, que van en el camino de la buena intención, pero que suenan vacías cuando decaes, fallas, y eres tan humano como cualquiera que apunta mal, o que yerra el tiro haciendo cagar al otro: manera indescifrable de probar nuestra capacidad de acoger la diferencia. Después de todo, como dijo Granitoman, hay que vivir con los negros y con las negras, para saber si somos racistas.

AVATAR (POR RODRIGO RAMOS BAÑADOS)


En Avatar los humanos llegan al planeta Pandora, bajo el mando de una multinacional minera y un ejército mercenario. Les interesa un mineral altamente cotizado. Esta codicia por el recurso lleva a destruir los lugares más sagrados de Pandora, planeta habitado por una raza de aborígenes que mantiene una singular conexión con la naturaleza.
En Latinoamérica no sucedió lo de Avatar. Aquí los invasores arrasaron con los aborígenes. Se dispersaron como metástasis en todo el continente por codicia. Camuflaron su actuar en nombre de la humanidad, el rey y la Iglesia. De los indios, más preocupados en la naturaleza que la guerra, quedó poco o nada. Aquel mínimo se transculturizó a través de la Iglesia y un régimen jerárquico donde primó el miedo. Aquellos indios fueron la mano de obra que armó las ciudades, explotó minas gratis, fue a la guerra y agasajó por siglos a los europeos. De la mezcla aborigen y europea, en la mayoría de los casos, surgió el grueso de la población que compone los países andinos con la detestable proporción -en algunos países más marcada que otros-: a mayor sangre europea, mayor riqueza y mayor sangre aborigen, mayor pobreza.
Del rey, la iglesia o personajes como el codicioso tuerto Almagro, y después de mucha agua bajo el puente nuestro continente pasó a transformarse en un importador de materias primas como gas, cobre, soya y petróleo. Esto provocó el arribo de las multinacionales. En nuestro caso, Antofagasta, las multinacionales de cobre.


Minería

En Chile y particularmente en el desierto de Atacama, hemos visto y comprobado los efectos de la minería. Como en toda política tercermundista, el mantenimiento del orden social lo entregan las fuentes de trabajo -importan poco de donde venga y que hagan nuestros recursos- más que que el futuro, la naturaleza ni menos las comunidades andinas, en su mayoría aborígenes. Basta revisar el efecto de las mineras en las contaminadas playas de Tocopilla y Chañaral, por ejemplo, donde incluso Ricardo Lagos, en sus días de presidente, se bañó con la intención de certificar la higiene de aquella playa.
En regiones de Tarapacá o Atacama, por ejemplo, la gran minería secó ríos y dejó a poblados cordilleranos con mínimos recursos hídricos y con el consiguiente éxodo de sus habitantes a la ciudad.
El estado del río Loa es lastimoso y hasta sirve de vertedero para sectores de la minería. Potencialmente no le interesaría demasiado a Codelco arrasar con parte de Calama, si es que debajo hallan cobre. Dirán que sin la minería no existiría ni Calama ni Antofagasta.
En la Caleta Coloso, al sur de Antofagasta, en varias ocasiones se han producido derrames de residuos tóxicos al mar por el puerto de Minera Escondida.

Daños

Históricamente un coletazo directo o indirecto de la minería, tómelo como quiera, afectó a la población.
Antofagasta, por ejemplo, mantiene tasas de cáncer de pulmón 400% más altas que las del resto de Chile. Pero en el grupo que nació entre los años 1958 y 1972, la tasa es 800% más alta, según la doctora Catterina Ferreccio, investigadora de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica. Todo esto surgió a raíz del uso intensivo del agua del Siloli por la industria minera que obligó a buscar nuevas fuentes del recurso hídrico y comenzó a abastecerse a la población con agua del río Toconce, que naturalmente tiene alta presencia de arsénico por la conformación rocosa de la Cordillera.
Antofagasta también presenta problemas por el plomo. El año 2007 el Colegio Médico realizó mediciones de suelo en diferentes sectores y demostró que aún había contaminación. Este estudio fue confirmado por la propia seremi de Salud con otro muestreo realizado en la llamada “ruta del plomo”, donde en promedio la contaminación superaba los 500mgs de plomo por kilo de peso seco (la norma Suiza es de 300mgs por kilo). El plomo es un metal pesado, que es trasportado desde Bolivia a través nuestra región para ser embarcado en el puerto de Antofagasta.
En Antofagasta no es políticamente correcto hablar públicamente de contaminación. Pocos lo hacen en los medios. Una mayoría –que incluye al gobierno y la elite- es condescendiente con la gran minería pues son beneficiarios o esperan el chorreo. Por ende se siguen escribiendo líneas generosas respecto a la labor social de las mineras o de su historia.
Sabemos que para lavar la imagen las mineras, especialmente las de capitales extranjeros, hacen esfuerzos. Mantienen fundaciones como también apuestan por el lado social, cultural y de espectáculos (pan y circo). A manera de retribución.


Cameron

¿Qué hay detrás de la película de la millonaria película de James Cameron? Si aplicamos la teoría de la conspiración, podríamos concluir que el mensaje de Avatar es una manera de incentivar desbordes sociales en el campesinado chino y detener así su crecimiento.
No por nada la película fue prohibida por el régimen chino.
Nestor Restivo en un artículo para el diario Clarín de Argentina, dice que Avatar también es una alusión bastante explícita y remite menos a China que a la más típica explotación británica o estadounidense. Digamos, la de Anglo Persian Oil -hoy BP- en Irán hace un siglo o la estadounidense Standard Oil, madre de varias petroleras actuales, o Halliburton en Irak más recientemente. Con sus respectivos ejércitos y su parafernalia militar delante ¿Tal vez es lo que viene en las multinacionales?
Avatar también puede significar una vendeta de Cameron hacia alguna multinacional por no haberle apoyado una película.

EL ONIRICO DOCTOR PARNASSUS por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Como postulaba Sigmund Freud “los sueños son la realización disfrazada de un deseo reprimido”, esta es una de las tantas aristas que el film El Imaginario del Doctor Parnassus, generosamente nos entrega.
Terry Gilliam desde Time Bandits, lo cierto es que hay mas producciones precedentes, nos tiene acostumbrados a una estética determinada, a un juego de planos , a tomarnos de la mano y no soltarnos hasta llegar a un final, que la mayor parte de las veces nos deja estupefactos.
La imaginería de este productor, nos sumerge en opacos escenarios y en brillantes fantasías en que los personajes brillan con luz propia, se perfilan independientes del creador y de los intérpretes.
El dinamismo del guión no es de extrañar, por cuanto el ritmo de la trama lo encontramos en otras producciones de Gilliam, como Twelve Monkeys y Fear and Loathing in Las Vegas, a pesar esta aparente hiperventilada trama el espectador no se siente apabullado ni se pierde del hilo central donde todo se vuelve un escenario de teatro.
Vemos al doctor Parnassus disputar continuas apuestas y negociaciones con el diablo, pero aquí, el conflicto no se encarna en el bien y el mal, se deriva en una serie de objetables acciones que van más allá de esas dos valoraciones. Los demás personajes no se quedan atrás, dar un sostén eficiente a la historia, dándonos una serie de moralejas, que cada uno debemos elegir. Hay humor, mucha ironía donde subyace una crítica velada a ciertos sistemas de beneficencia pública interesante de constatar.
El Doctor Parnassus tiene el extraordinario poder de guiar la imaginación de otros, y esta “bendición” dada desde hace cientos de años tiene un oscuro secreto que se va develando a través de la película. Dirige un show viajero, a la usanza de los comediantes medievales, en que el público asistente tiene la oportunidad de elegir entre la luz o la oscuridad y en donde hay un espejo que nos presenta la visión de nuestros sueños, como un mundo onírico en que el Doctor Parnassus nos materializa nuestros deseos más ocultos, nuestras ansias inconfesables tornadas ahora en un escenario real, concreto, fatal. Los juegos de plano tratan de captar ese mundo y lo hacen con mucha eficiencia, desde un determinado momento en la trama, todo se vuelve una explosiva carrera que nos envuelve en imágenes surrealistas que deleitan la imaginación.
Christopher Plummer se luce en una sólida actuación, como el Doctor Parnassus, encontramos a Heath Ledger como Tony, si bien es cierto no es una de sus mejores actuaciones, el personaje no le permitió lucir sus dotes, al menos en lo que efectivamente actuó, recordemos que falleció durante la filmación, sin embargo, el personaje adquiere diversas facetas una vez que traspasa el espejo mágico, allí es encarnado por Johnny Depp, Jude Law y Collin Farrell, lo que le da el corpus a esta delirante historia.
Imperdonable no verla y rendirse a ese universo sencillamente complejo y lleno de maravillas que nos muestra Gilliam en cada una de sus entregas, lo único realmente negativo, es su corta duración. Un regalo a los sentidos.
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