CARTA A DOMINGA I

Esta es la primera parte de "El rey de Copas"

CARTA A DOMINGA
I
Arriba la ruda ausencia
Qué compases
¿ Qué iracundas oraciones
desolarán más eficaces
que acero entre las costillas,
la soledad de la noche?
¿ Algo más eficaz que las
víboras y escorpiones
que han criado pródigamente,
tu alma y lo que queda de la mía?
Latidos, los mismos
Que los muros han practicados
desde tu marcha
sólo el Tiempo
con su verbo magnífico
hermanado con esa enfermiza
palabra : Dolor

Esas lágrimas que jamás volverán
a ser enjugadas
son coro de este réquiem siniestro
casi en sordina
Todo bajo un cielo que
entre nubes-manos
nubes-dagas,
cae sobre nosotros.

Arrulla esa ira,
ese despecho
que hace de tu vista,
Basilisco
Medusa tardía
Pasaje sin retorno
A mares lejanos
a este corazón
tan artero a tus saberes
tan odioso a tu conciencia
tan mío que siendo mío
se hizo tuyo y del infierno.

Plaga a nuestras casas
las que caerán sobre sus cimientos
apenas una palabra tuya
cruce por el puente aciago
de mis oídos

Ah, locura, más loca
que la fortuna
que se atrevió a unirnos,
blasfemia remediada caramente
los vendajes de este espíritu
han aflojado su propósito

Cielo traidor
pende sobre mí esta penitencia
no preguntes quién soy
soy Fausto, Vulcano,
soy mandrágora , la ira
Ulises, soy el ladrón
estupefacto ante el mayor
De los tesoros
Soy peste
Mac beth, el asesino.

Ahora , pronta respuesta
No tengo más mérito
ni más salud que tu ondina
serpiente y espejo de todas
tus víctimas

Cuántos corazones traicioné
tantos corazones atravesó
este aguijón que lleva
la falsa calidad de alma
sólo sosiego
negra esperanza
gris angustia
que colman los labios
quitarás la mirada
o mirarás torva
que más dá
que te condene la noche
o la epifanía
la luz que antecede a la aurora
la que nos sume
en este mudo olvido

y no te nombre nunca
y no te nombre más.